miércoles, 25 de mayo de 2011


Aquí duermen mis labios, donde mi boca calla, mis manos teclean en una mañana con cierto olor a tierra húmeda.
El verano ardiente no tardará en llegar, calentará la piedra, y del asfalto saldrán nubecillas de vapor como almas brotando de la tierra .
Los cuerpos con calor claman descanso, en mi está la necesidad de lluvias, de fresco, de abrigarme de un abrazo, quizás al lado de una chimenea. Ese olor a troncos húmedos y el campo, vociferando su necesidad de mi olfato entre las agujas de los pinos, con el barro incrustado en los dibujos de los zapatos.
Aquí vengo pidiendo asilo de mis palabras, albergue como un perro fiel y hambriento de su dueño.
@Elemne